Energías renovables.
Paneles solares, calderas de biomasa, energía geotérmica… estos términos ya son familiares en nuestra sociedad. No es posible adaptar todas las viviendas existentes para la utilización de energías renovables, o mejor dicho, aunque sea posible, sería demasiado costoso. Pero merece la pena estudiar las posibilidades, especialmente si estamos afrontando una reforma, rehabilitación, o un nuevo proyecto de edificación.
Al margen de obligaciones normativas y de posibilidad de subvenciones, que es algo que también debemos tener en cuenta para decidir, lo primero que necesitamos es reunir información suficiente.
Fuentes de energía limpias, inagotables y naturales, están a nuestra disposición.
Decantarnos por una calefacción por suelo radiante, alimentada por paneles solares, que además nos proporcionarían agua caliente sanitaria, y con el apoyo de una caldera de biomasa, es una de las mejores opciones. La energía solar nos la regala la naturaleza, y la biomasa se puede conseguir a buen precio y procede del aprovechamiento de residuos vegetales.
Si tenemos terreno suficiente, también podemos estudiar la utilización de la energía geotérmica, es decir, aprovechar la temperatura existente en el interior de la tierra con una bomba de calor, incluso para la refrigeración.
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